Hace una década que el meteorito Almahata Sitta se dirigió hacia nuestro planeta, explotando en pequeños fragmentos que fueron a parar en el desierto de Sudán. Estudiantes de la Universidad de Khartoum recuperaron casi 600 pedazos: es la primera vez en que los científicos recuperan una parte de un meteorito de esa manera. Claramente es una forma genial de estudiar los misterios del universo, pero fue solo el comienzo para los investigadores.
Diamantes en su interior
El nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications dice que los fragmentos de meteorito tienen pequeños diamantes en su interior y a su vez, ellos tienen otros elementos llamados «inclusiones». Son el testimonio de que alguna vez formaron parte de un planeta del tamaño de Marte que hoy ya no existe.
Este antiguo planeta se destruyó en los primeros tiempos del Sistema Solar, así que los investigadores tienen en sus manos parte de la historia temprana de la Tierra y los planetas circundantes, lo cual es simplemente genial. Hablan sobre el momento en que el gas y el polvo cercano al Sol formó lo que hoy en día son los planetas, incluidos nosotros mismos.
Un planeta perdido
Este meteorito forma parte de un tipo de roca que no se parece a las rocas de los planetas actuales. Muchos otros meteoritos pueden compararse con cuerpos mayores, incluso planetas de nuestro Sistema Solar, para rastrear su procedencia. En este caso no sucede porque el tipo de roca muestra que fue parte de un cuerpo que ya no existe, un planeta perdido.
En un comienzo los investigadores creyeron que los diamantes se habían formado por la colisión con otro cuerpo, pero pronto se vio que en realidad eran más grandes. Se determinó que se formaron de la misma forma que los que están en la Tierra, es decir, en el centro de un planeta.
Según dicen los científicos, al comienzo de la existencia del Sistema Solar habían muchos protoplanetas que solían cruzar sus órbitas, hasta que inevitablemente chocaron entre sí, destruyéndose. Ahora resta encontrar otra información de ese planeta que albergó a los diamantes.