Leo Messi no acudió a la sala de prensa de la ciudad deportiva del Barça y su ausencia en la despedida de Andrés Iniesta fue uno de los asuntos que más llamaron la atención. Tampoco estuvo presente Luis Suárez, íntimo del argentino, en las que fueron únicas ausencias, argumentadas desde el club en que “tenían un acto privado”.
El Barcelona quiso pasar de puntillas en esta falta. Messi, amigo personal de Iniesta, con quien le une una relación que va mucho más allá del terreno de juego y de manos de quien recogerá con toda probabilidad el brazalete de primer capitán de la plantilla azulgrana, fue esperado por todo el mundo hasta el último instante… Hasta que se cerró la puerta y mientras comenzaba su parlamento el manchego ya se conocía como definitiva la ausencia del ‘10’.
Bartomeu, el presidente, acompañado del vicepresidente Jordi Mestre. El Director General Òscar Grau, el manager Pep Segura, el secretario técnico Roberto Fernández, el responsable del fútbol base Guillermo Amor, el cuerpo técnico de Ernesto Valverde en pleno, con él al frente, delegados y empleados que trabajan con la plantilla. No falto nadie.
Y la plantilla, con la llegada en primer lugar de Piqué, quien siguió muy serio el acto, y de sus compañeros que fueron llegando a su vera. Hasta los dos últimos que prefirieron quedarse junto a la puerta: Dembélé y Busquets. Y nadie más.
¿Dónde está Messi? Comenzó a preguntarse en la sala hasta confirmarse su ausencia, como mla de Luis Suárez y recibir de un portavoz del club que ambos “tenían un acto privado”. Tan simple y frío como eso.
Claro que en Leo Messi no es una novedad contar con su falta en un acto de estas características. Tal día como este 27 de abril, en 2012, Pep Guardiola anunció en la sala de prensa del Camp Nou que al acabar aquella temporada dejaría el banquillo del Barça y no faltó nadie del club para acompañarle en su despedida. ¿Nadie? Messi tampoco fue a aquella rueda de prensa porque, adujo el club, sufría “gastroenteritis”.
El argentino, clave y firme en el terreno de juego, gusta de pasar desapercibido fuera de él, no ocupar un plano que, entiende, no le pertenece en jornadas tan especiales y nada mejor, solventa, que no acudir. No, para nada debería interpretarse como un desprecio a Iniesta. Simplemente porque su amistad está largamente probada.