Los campesinos del sureste de Nicaragua, que se oponen al proyecto del canal interoceánico, agradecieron hoy a los jóvenes del país por haber recuperado la libertad de expresión al manifestarse a pesar de la represión del presidente Daniel Ortega, que dejó al menos 42 fallecidos.
“Los campesinos no olvidarán que este régimen criminal siempre les negó el derecho de manifestarse en Managua, y que ese derecho fue reconquistado por los jóvenes y ‘autoconvocados’ (para protestar)”, dijo una portavoz de los pobladores del sureste.
Liderados por jóvenes, en su mayoría universitarios, miles de nicaragüenses vencieron la represión gubernamental y esta semana se manifestaron con libertad en todo el país, por primera vez desde el retorno de Ortega al poder en 2007.
Los campesinos “anticanal” se sumaron a la última gran manifestación, que tuvo como escenario Managua, una ciudad a la que el Gobierno no les había permitido protestas desde 2013, cuando fue anunciado el proyecto de canal interoceánico, que amenaza con expropiar sus tierras.
A su llegada a Managua, la mañana de ayer, los campesinos fueron recibidos como héroes por miles de capitalinos que se aglomeraron a ambos lados de las calles.
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“Regresaron felices de ver el estallido social en Managua, (donde) fueron recibidos con amor y alegría en cada tramo de su recorrido en la capital”, agregó la portavoz.
Tras su experiencia, la líder Francisca Ramírez aseguró que planificarán una nueva gira a Managua con decenas de miles de pobladores, ya que no descansarán hasta que se haga justicia con los jóvenes fallecidos en las protestas y sea eliminada la ley que rige la construcción de canal.
Desde que comenzaron las protestas hace una semana, los enfrentamientos violentos que se produjeron en Nicaragua como producto de la represión dejaron al menos 42 muertos y un total de 48 desaparecidos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).
A pesar que Ortega suspendió la reforma a la seguridad social y convocó a un diálogo las protestas han continuado, debido a la represión mortal.
La población exige la renuncia de Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, porque los consideran represivos, corruptos, violadores de los derechos humanos y de las libertades públicas, entre otros.
Con información de la agencia EFE
A espera de un diálogo nacional, Nicaragua mantiene presión en las calles.
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