El parque arqueológico napolitano de Italia ha celebrado como “un descubrimiento extraordinario” los hallazgos en una villa ubicada en la zona de Civita Giuliana, la ciudad romana sepultada por la erupción del volcán Vesubio en el año 79.
Este hallazgo se hizo debido a que las autoridades perseguían una serie de excavaciones clandestinas emprendidas por saqueadores, que han sido localizados y denunciados.
El área descubierta contaba con una zona residencial y otra dedicada a la producción agrícola, vinícola y ganadera. Además se logró extraer los restos de un equino del que se ha realizado un molde de yeso, el primero de un caballo encontrado en Pompeya.
Esta técnica, con la que se ha recuperado la forma de numerosos pompeyanos, consiste en rellenar con yeso el hueco que dejó la desaparición del material orgánico de un ser vivo sepultado por las cenizas, una cámara vacía entre la materia solidificada.
Los expertos creen que este animal fue un ejemplar distinguido principalmente por su altura de metro y medio, mucho más que los caballos de la época pero más pequeños que los actuales, lo que permite suponer que nació fruto de “cuidadosos” cruces entre especímenes.
Por otro lado, el caballo luce en la parte del cráneo adornos y pequeños ornamentos metálicos, como el bocado en hierro o partes en bronce al parecer de correas de cuero ya desaparecido, “una presencia que podría indicar el valor y rol del animal”, apuntan.