En medio del drama creado en torno a si asiste o no a la boda de su hija con el príncipe Enrique de Inglaterra, toda la atención se centró en Thomas Markle, un hombre solitario que más bien prefiere estar fuera del radar.
Inicialmente había declarado que no iría, que no podría llevar a Meghan al altar, avergonzado como estaba por las fotos para las que posó por dinero y el infarto que sufrió posteriormente.
Y de repente cambió de opinión, afirmando que esperaba autorización de los médicos para arriesgarse a volar con una afección cardíaca y asistir a la ceremonia en la capilla de San Jorge en el castillo de Windsor.
Thomas Markle, de 73 años y de ascendencia irlandesa y holandesa, es ahora la figura central de la historia de amor entre la actriz estadounidense, de piel morena, y el más joven de los hijos de los príncipes Carlos y Diana.
Este exdirector de iluminación y ganador de un Emmy es uno de los muchos estadounidenses que disfrutan del retiro en Baja California, en el oeste de México.
Descrito como “reservado”, Tom, como es más conocido, es un cliente regular de los puestos de tacos y los mercados de Rosarito, el resort de playa donde vive al sur de la frontera, según el diario San Diego Union-Tribune.
Pero su vida tranquila de jubilado se vio alterada por el romance de su hija y de repente se encontró acosado por paparazzis desesperados por una foto de este hombre hasta entonces desconocido.
Los “mejores abrazos”
La novia se mantiene cercana a sus padres, que se divorciaron hace tres décadas cuando ella tenía seis años y vivían en Woodland Hills, un suburbio de Los Ángeles.
Pero la relación entre Meghan y su progenitor no siempre fue la mejor.
Hace muchos años, la entonces aspirante a actriz dijo poco -y mucho- sobre su padre en un video grabado por su amiga de la escuela Ninaki Priddy.
“Mejor ni hablar de eso”, arrancó en la grabación, publicada en YouTube el año pasado, mientras se acercaban a la casa de Thomas en Los Ángeles. “No estamos en los mejores términos”.
Pero ya adulta, ha expresado públicamente su afecto por él. “Tus abrazos son todavía los mejores de todo el mundo”, escribió en 2016 en una publicación en Instagram.
Y es que Markle llegó a Hollywood del brazo de su padre, que la llevaba a diario a los estudios de la serie de ABC “Hospital General” y a los de la comedia de Fox “Casado con hijos”.
Markle llevó a Meghan a las escuelas más exclusivas de Hollywood y a la universidad privada de Northwestern, en Illinois, después de ganar 750.000 dólares en la lotería en 1990, según reportes de prensa.
Fuente: AFP.
