El defensor de la selección de fútbol de Inglaterra Danny Rose le pidió a su familia que no asista a la Copa del Mundo porque teme que pueda ser objeto de abusos racistas en Rusia.
“Le dije a mi familia que no quería que salieran por ahí debido al racismo y cualquier otra cosa que pueda suceder”, dijo el lateral izquierdo de 27 años al diario londinense Evening Standard.
“No quiero estar preocupado, cuando estoy tratando de prepararme para los partidos, por la seguridad de mi familia”, añadió Rose, un defensor del Tottenham Hotspur que sufrió abusos racistas cuando representó a la selección sub-21 de Inglaterra en 2012 en Serbia.
Rusia se ha comprometido a combatir el racismo en el torneo que se extenderá entre el 14 de junio y el 15 de julio, pero los casos de abusos racistas se han seguido reportando en el país previo a la Copa del Mundo.
La nación fue multada el mes pasado después de los abusos racistas dirigidos contra algunos jugadores franceses durante un amistoso disputado en marzo.
La FIFA multó a Rusia con 30.000 francos suizos (30.400 dólares) por ese incidente ocurrido en San Petersburgo, que es una de las 11 ciudades anfitrionas de la Copa del Mundo, una sanción que a juicio de Rose no envió el mensaje adecuado.
“Una multa de 22.000 libras esterlinas es repugnante”, dijo. “¿Qué espera hacer (la FIFA)?”, preguntó.
Rose es el último jugador en expresar sus preocupaciones sobre el racismo en el Mundial. Su compañero de selección Ashley Young dijo la semana pasada que los jugadores de Inglaterra habían conversado sobre potenciales actos de racismo de los espectadores durante el Mundial.