Clásico: andas de gracioso y “lucidito”, pero se te borra la sonrisa cuando te meten un gol. Eso le pasó a un portero de la Segunda División irlandesa, quien en un partido se confió tanto que terminaron robándole “el mandado”.
En un partido de fútbol contra el Cabinteely F.C., en el minuto 89, el arquero del equipo Galway protagonizó una escena chusca cuando trató de hacerse el listo y en un descuido un jugador rival le arrancó el balón de las manos, literalmente, y anotó el gol que, por cierto, fue totalmente legal.
El Galway iba ganando con un marcador 2-0, pero el guardameta Tadhg Ryan cometió un grave error cuando recibió el balón y quiso retenerlo para “hacer tiempo”, provocando que uno de los delanteros del equipo contrario fuera hasta su área y derrapara entre sus piernas en un intento por quitarle el balón.
Pese a que no hubo anomalía alguna, el portero alegó haber recibido una falta por parte del jugador, así que colocó el esférico en el suelo y luego lo volvió a levantar sin darse cuenta de que él estaba infringiendo las reglas, pues el portero no tiene permitido soltar el balón y después volverlo a agarrar.
El árbitro se percató de lo sucedido y se levantó la bandera correspondiente. Fue ahí cuando un jugador contrario despojó -con las manos- al portero del esférico, lo puso en el suelo, dio un pase a modo de tiro indirecto y su compañero de equipo anotó solo frente a la portería.
Esto fue lo que sucedió:
A pesar de las protestas, el árbitro reafirmó que la jugada había sido 100 por ciento legal y no hubo nada más que hacer al respecto.
Aun así ganó el Galway, pero no estamos seguros de que el respeto y dignidad del portero estén intactos