A veces no sabes cómo reaccionar porque, a pesar de la confianza, no siempre hay una forma especial de ver a la otra persona como algo distinto a un amigo, un confidente, un compañero, un aliado, un cómplice. Muchas personas creen que la posibilidad de que te guste tu mejor amigo es remota porque, como “norma”, no debe rebasarse la amistad. Otros aseguran que es altamente posible enamorarte de tu mejor amigo, sobre todo por la confianza, la compañía y el estado de bienestar que se genera en una relación que se puede confundir fácilmente con otros sentimientos y necesidades emocionales. En todo caso, si estás en esa situación y un amigo muy querido te confiesa su amor por ti, a continuación te presentamos 6 cosas que nunca deberías hacer.
No seas indiferente
La indiferencia es una de las peores cosas que existen. Es cierto que muchas veces la usamos para que la otra persona, en la cual no estamos interesados, entienda que nosotros no lo vemos así, pero aquí la jugada es diferente. Se trata de tu amigo y es posible que no quieras perder el cariño y mucho menos la amistad que ya tienes con esa persona.
No saques conclusiones
Claro que a veces es complicado entender qué es lo que los demás ven en nosotros, sobre todo si se trata de alguien con el que compartes mucho tiempo y muchas cosas, pero nada en el plano romántico. Fuera de sentirte confundido, siéntete halagado, pues una persona tiene interés en ti y debe ser por lo increíble que eres. Siéntete bien contigo mismo y vele el lado positivo.
No lo excluyas
Otra de las respuestas humanas: excluir. Al hacerlo muestras tu escasa inteligencia emocional e inmadurez al no saber manejar situaciones como ésta. Lo mejor que puedes hacer es seguir teniendo una relación normal con el otro, aunque te toque dejar clara tu postura y poner tus límites. No se trata de una negación, simplemente trata de no darle tanta importancia y actuar raro. Dale el valor que se requiere, pero muestra respeto.
No te muestres frío
Acaba de decirte algo muy importante y significativo. Le gustas, así que no hay razón para mostrarte frío y como si no conocieras a la otra persona. Claro que el mostrarte así a veces es una reacción humana, pero recuerda que es un amigo, una persona a la que le tienes mucha confianza y que te conoce desde hace algún tiempo. Mientras más claridad, firmeza y calidez emplees en tu palabra, mejor.
No te muestres incómodo
La situación ya de por sí es incómoda, así que no hay necesidad para hacerla todavía más. Deja hablar a la otra persona, escucha y responde sólo si es necesario. Sabemos que para ti es difícil, pero tienes que ser franco sobre lo que tú sientes y sacar todo de una buena forma, para que el otro no lo sienta como una agresión.
No te pongas a la defensiva
Al ponerte a la defensiva sólo empeoras la situación un poco más. Trata de ponerte en los zapatos de la otra persona y sé humilde y noble. Actúa como a ti te gustaría que actuara la persona que te interesa. Sé la mejor persona y hazle saber que tú no estás interesado en llevarlo al otro nivel con respeto, comprensión y empatía. Es tu amigo y hablando se entiende la gente.