El relato tiene a miles divididos por la frialdad del caso.
Una mujer que admitió haber matado a su padre con una pala y haber enterrado su cuerpo, envuelta en una alfombra, en su jardín trasero ha sido encarcelada durante nueve años.
Bárbara Coombes mató brutalmente a su padre Kenneth Coombes en enero de 2006 mientras se sentía consumida por una “neblina de disgusto” después de descubrir que poseía imágenes sexualmente explícitas de niños.
Esta mañana, en Manchester Crown Court, Coombes se declaró culpable de homicidio involuntario debido a una menor responsabilidad.
La mujer de 63 años había estado trabajando en la casa de Stockport, donde vivía con su padre, cuando entró y encontró imágenes de pornografía infantil en una caja en la mesa del comedor.
Coombes fue a confrontar a su padre de 87 años y lo golpeó en la parte posterior de la cabeza, luego cuando se volvió para mirarla, ella lo golpeó por segunda vez con la pala.
La corte escuchó cómo la madre de su padre vio a su padre, que había servido en la RAF durante la Segunda Guerra Mundial, desangrarse hasta la muerte.
Su cuerpo fue enterrado en el jardín hasta el día siguiente después de que ordenó una tonelada de tierra, informa el Manchester Evening News.
En una confesión entregada a los oficiales en enero de este año, Coombes dijo que su padre la había maltratado mental y físicamente desde una edad temprana.
Sin embargo, Coombes no le contó a nadie en el momento del asesinato y en cambio contó una “serie de elaboradas mentiras para cubrir sus huellas”.
Le mintió a su hermano y a su hija, diciendo que Kenneth había muerto repentinamente de una afección cardíaca y que lo habían llevado al hospital y lo habían incinerado.
Después del entierro improvisado en el jardín, Coombes sacó las pertenencias de Kenneth de la casa y continuó viviendo allí.