Solemos adoptar cambios hacia un estilo de vida saludable, como modificar tu dieta, pasar más tiempo en el gimnasio o ir a dormir unas horas antes te ayudará a perder peso. El problema es que lo que funciona para una persona, no siempre funciona para otra. Incluso algunos hábitos que creías que eran “sanos” resulta que no lo son tanto, estos son algunos de ellos:
Reducir drásticamente las porciones
Es un error de base. Muchas personas creen que por quitar del plato la mitad de la comida y someterse a una dieta extremadamente baja en calorías les ayudará a perder peso, pero quizá solo sea por unas semanas. Si reduces la cantidad de comida que ingieres demasiado rápido, la hormona del hambre grelina se disparará, lo que indicará al cerebro que no estás lleno y caerás en antojos. Al mismo tiempo, tu cuerpo no producirá mayor cantidad de hormona de la saciedad, la famosa leptina.
Optar por alimentos bajos en grasa
Cuando se quiere adelgazar, se va al supermercado y se busca esos alimentos “0% grasa” que nos permitan bajar de peso más rápido, cuando lo que sucede en la mayoría de ocasiones es que contienen azúcar de más y son alimentos procesados e insanos. Si bien es cierto que la grasa, al contrario que la proteína y los hidratos de carbono, contiene 9 calorías por gramo en vez de 4, es tremendamente saciante, y en su justa medida te puede ayudar mucho a perder esos kilos de más.
Bebidas o barritas energéticas
¿Quién te ha contado ese falso mito de que después del ejercicio físico necesitamos tomar una barrita o una bebida para reponer lo que hemos perdido? Es preferible tomar fruta o cualquier otro alimento, ya que éstos pueden contener muchos azúcares añadidos que no son nada saludables como creías. La pérdida de grasa puede verse comprometida si añades a tu dieta este tipo de productos.
Hacer ejercicio cardiovascular todos los días
Existe un gran problema, y es que subestimamos las calorías que se ingiere al cuerpo y se cree que 30 minutos de cardio solucionarán todos los problemas, cuando quizá solo se haya quemado 300 calorías en una sesión. Asimismo, el ejercicio cardiovascular ni desarrolla ni mantiene el músculo magro, y de hecho, el entrenamiento de fuerza es crucial a la hora de perder peso. Es mejor combinarlos u optar también por el HIIT, pero hacer cardio todos los días te acabará desgastando.