Cuando el tímido Clark Kent camina por las calles, lo único que lo diferencia de su alter-ego, Superman, al menos en el rostro, es un par de anteojos. ¡Esta es la razón científica por la cual la gente no parece reconocerlo!
El último hijo de Krypton es uno de los superhéroes más amados y quizá el más reconocido en general. Es un hombre con todas sus habilidades aumentadas y super poderes. Él es el más fuerte de los hombres (aunque en realidad no es humano), es más veloz que una bala e incluso lo hemos visto moviendo planetas.
Nadie ha cuestionado las capacidades que tiene Superman para llevar a cabo las hazañas increíbles que logra, sin embargo existe una duda constante ¿cómo logra pasar desapercibido como Clark usando solo un par de lentes?
Según los cómics, la explicación puede llegar incluso a las habilidades psíquicas que posee para pasar desapercibido entre la gente, pasando por la teoría de que sus anteojos son hipnotizantes para lograr con ello confundir a los ciudadanos de Metrópolis.
Ahora la periodista Kyle Hill se ha dado a la tarea de revelar la verdad detrás del secreto del disfraz de Superman. Ha basado su trabajo en la Prosopagnosia. Este es un trastorno cerebral que limita la capacidad de una persona para reconocer y recordar rostros.
“La prosopagnosia solo afecta recordar las caras, otras áreas de la percepción visual se mantienen intactas. Las personas con ceguera facial se basan en las voces, los gestos y la ropa para identificar a otras personas.”
Este es el argumento que ha dado Hill para tratar de aclarar la disputa entre los seguidores del hombre de acero.
Otra explicación un poco más razonable llega de la mano de los psicólogos Robin Kramer y Kay Ritchie, que explican:
“Cualquier cambio por pequeño que este sea, pueden ser suficientes para eludir la detección visual”
Sin embargo, para que esto funcionara, Clark solamente podría evadir a personas que no estén familiarizadas con él en su día a día. Esto según lo demostrado en un estudio. Aquí se presentaba a una grupo de sujetos una serie de fotografías de extraños, en algunos casos estos llevaban anteojos y en otros no. Los resultados mostraron que es posible confundir a las personas con este aspecto tan sencillo.