Una legión de pájaros borrachos, con alas y picos descarriados, recorre los cielos de Gilbert, Minnesota. Aterriza, confusa y con raros aleteos, en tejados y árboles y sus más afectados integrantes quedan a un pelo, o una pluma, de chocar con ventanas y automóviles.
Algunas de esas aves, inclusive, podrían tener encontronazos con personas y han preocupado definitivamente a vecinos y policías. Y sobre todo han inquietado y fascinado, a fin de cuentas seres con propensión al cielo, a quienes han presenciado su extraña y alcoholizada conducta.
Y aunque parezca una historia soñada o de película de Hitchcock, la población de Gilbert realmente ha recibido la constante visita de parvadas de jóvenes pájaros ebrios.
Como narra el periódico The Washington Post, los incidentes con aves desorientadas en esa población de Minnesota han sido numerosos y muchos han llamado a la policía inquietos porque, a veces, un pájaro se enfila directo y sin desviarse contra el parabrisas de un auto en movimiento o se azota contra las ventanas que se atraviesan en su trastocado camino.
Algo debe estar muy mal en Minnesota, pensarán algunos al mirar tal revuelo.
La razón de estos raros desmanes, cuenta el Post, es más bien simple y terrestre: una helada temprana en la región ha afectado el proceso de maduración de los frutos silvestres y estos se han fermentado más y antes de tiempo. Los pájaros que de ellos se alimentan han recibido el súbito influjo de una dieta alcoholizada y abundante.
Para prepararse ante el próximo invierno, añade el diario, algunos de esos pájaros se dan grandes festines de frutos de los bosques, en un afán de ganar peso y calorías, pero al hacerlo también saturan sus cuerpos del inesperado alcohol de las moras, ciruelas y grosellas nativas de Minnesota.
Por añadidura, las aves jóvenes, como los adolescentes de hoy y siempre, están entre las más afectadas por ese desbalance: “generalmente, los hígados de los pájaros jóvenes no pueden procesar las toxinas como los de los pájaros maduros”, explicó al Post el jefe de la policía local Ty Techar.
Si eso se aplica a esos frutos etílicos como a las experiencias de la vida, se obtendrá una moraleja de verdad muy humana.
Además, la irrupción en Minnesota de esos pájaros borrachos y sus erráticos vuelos ha desatado punzantes chismorreos en las redes sociales.
Unos quieren llamarlos ‘angry birds’, como las pícaras aves del popular videojuego, pero algunas personas comentaron que su ebriedad es cosa seria: “Esto explica porqué han chocado con mi auto siete pájaros en esta semana”.
