Dos estadounidenses se divertían en un polígono de tiro en Texas, pero una irresponsabilidad de uno de ellos, casi causa una tragedia.
El hombre que ya se había tomado una selfie con el arma, situación que está prohibida, decidió ir más allá e intentó sacarse una selfie apuntando a la cabeza de su amigo.
Al darse cuenta de la situación, un oficial de seguridad del lugar, lo detuvo, la llamó la atención y lo suspendió de por vida.
“Se podría haber generado una situación de pánico porque había más personas en el lugar”, escribió Kyle Harrison, gerente de Top Gun Range, en la publicación en la que dio al conocer el incidente.
Harrison afirmó que “No es sólo una violación de seguridad y de las reglas, sino que un mal ejemplo para la sociedad. Cualquier nene de dos o tres años, sabe que ese comportamiento no es normal”.