Los grifos eran criaturas míticas que aparecían en la mitología griega. Tenían cuerpo, cola y patas traseras como las de un león, pero cabeza, alas y patas delanteras semejantes a las águilas. Se dice que estos animales vivían en la parte más lejana del norte de Europa y que allá guardaban una gran cantidad de oro.
El significado mitológico del grifo no era demasiado importante en la cultura griega, pero este ser se convirtió en un tema favorito en el mundo del arte, tanto griegos como romanos las usaban en sus obras, y tiempo después se usaron en la época medieval.
Ya para esta época se usaban para adornar casas, edificios o muebles. De hecho, usar seres antropomórficos para adornar los lugares era tan común que incluso las usaron para adornar las catedrales de aquella época. Así que no es de extrañar quetambién usaran a los grifos para decorar las fuentes públicas de agua. Y es justamente de estas fuentes de donde surge la palabra que se utiliza para llamarle “grifo” a las llaves de agua que tenemos en nuestras casas.
Y con respecto al significado de esta palabra, diremos que su derivación sigue siendo dudosa. Puede estar relacionada con la palabra griega γρυπός (grypos), que significa “curvado”, o “ganchudo” o también puede significar “bestia fabulosa”.