Pekín – Científicos de una universidad china consiguieron camuflar mensajes secretos con un método que imita el canto de los cachalotes, que habitualmente es ignorado por los sistemas de reconocimiento de señales submarinas, informó hoy el diario hongkonés South China Morning Post.
La técnica desarrollada consigue editar los sonidos de los cachalotes para insertar mensajes codificados en ellos, que son emitidos de manera que quienes no disponen del código para descifrarlo no conseguirían diferenciarlos de los originales, aseguró al citado medio el profesor de la Universidad de Tianjin que dirigió la investigación, Jiang Jiajia.
Los cachalotes viven en todos los océanos
El equipo escogió a los cachalotes para desarrollar este estudio debido a que viven en todos los océanos y a que los sistemas de reconocimiento de señales submarinas suelen filtrar sus sonidos, lo que podría suponer una ventaja para que los submarinos militares eviten ser localizados, según Jiang.
Hasta ahora, los submarinos militares tienen dos métodos para tratar de operar secretamente: emitir señales más débiles, inútil en largas distancias, o codificarlas para que quienes las intercepten no puedan descifrarlas, aunque no evitaría que el enemigo descubriera sus ondas.
Por tanto, los científicos aseguraron que este nuevo descubrimiento supone un incremento en el nivel de seguridad de las comunicaciones submarinas, ya que, a pesar de que se pudieran detectar las ondas emitidas, se confundirían con los auténticos sonidos de los cachalotes.
Antecedentes
Esta no es la primera vez que un equipo de científicos chinos consigue avances relacionados con la detección de submarinos: en diciembre de 2016, investigadores de la ciudad de Wuhan descubrieron una forma de hacer que las ondas sonoras emitidas por un sónar no reboten, que es lo que permite identificar la presencia de una de estas naves.
Las tecnologías de camuflaje de submarinos se han estudiado desde la Segunda Guerra Mundial y actualmente la más utilizada son capas externas de caucho o plástico, pero han probado ser insuficientes contra los sónares más potentes.
Con información de agencia EFE