El cuerpo prospera cuando rompemos la rutina periódicamente en el ejercicio, en la alimentación, y también en la temperatura. Es beneficiosa la exposición a bajas temperaturas, y aquí les detallo estos beneficios probados por diversos estudios:
- Mejora la quema de grasa y absorción de glucosa por parte de los músculos, en parte debido a la mayor activación de la hormona adiponectina al exponerse al frío. Los niveles bajos de esta hormona están ligados a la obesidad, diabetes, y enfermedades cardiovasculares.
- Fortalece el sistema inmunológico: Es cierto que una exposición prolongada al frío debilita la función inmunológica (aunque hay controversias al respecto). Pero lo que parece claro es que exposiciones cortas e intensas lo fortifican, a la vez que incrementan la existencia de ciertos antioxidantes, como el glutatión (GSH).
- Prolonga la longevidad de las células, previniendo la ruta mTOR e incentivando la autofagia (eliminación de la “basura metabólica” de las células).
- Disminuye el dolor asociado a diferentes situaciones, como la artritis, por mediación de la estimulación de la norepinefrina.
- Mejora los síntomas en una depresión leve.