Religiosa y discreta, Michelle Bolsonaro, la futura primera dama de Brasil, se mantuvo lejos de los focos hasta ahora, pero con la elección de su marido Jair Bolsonaro a la presidencia ha iniciado una etapa de mayor exposición.
Michelle de Paula Firmo Reinaldo, de 38 años, nació en Ceilandia, cerca de Brasilia. De origen humilde, fue definida por una tía como una mujer “guerrera y con visión”, en reportaje divulgado por un portal nacional.
Coqueteó con el modelaje, pero desistió rápidamente. Pasó por algunos trabajos temporales hasta entrar en el Congreso como secretaria. Allí conoció en 2007 a Bolsonaro.
En las pocas participaciones públicas se muestra como una mujer de gustos simples.
Antes de la elección dijo en una entrevista que aprendió a “no negar agua ni comida a nadie” y se definió como alguien dedicado a las personas con deficiencia, especialmente a la causa de los sordomudos.
Domina el lenguaje de señas y en una inusual entrevista durante la campaña dijo que realizaría “todos los trabajos sociales posibles”.
– De armas tomar –
Michelle Bolsonaro ha mostrado más proyección desde que Bolsonaro venció la elección presidencial. Mantiene su cuenta de Instagram como privada, pero retomó el Twitter a fines de octubre. En la foto de perfil se le ve imitando una pistola con la mano, un símbolo popularizado por su marido, partidario de la flexibilización del porte de armas para enfrentar la criminalidad.
Por Twitter negó que hubiese ordenado la retirada de símbolos católicos de la residencia presidencial debido a su fe evangélica, contradiciendo una información de la prensa local.
“Cuánta maldad, soy evangélica y mi marido católico, nosotros nos respetamos, jamás faltaría el respeto a su religión o a la de cualquier persona”, escribió.