La verdad es que nadie sabe si está bien o mal enamorado. Porque el amor es una fuerza que se siente con toda su expansión que muchas veces nos ciega, hasta que el sufrimiento se vuelve sin que nos demos cuenta en ese compañero cotidiano al que jamás deberíamos acostumbrarnos… Nos olvidamos que es siempre mejor estar solo que mal enamorado.
¿Por qué razón nos equivocamos en muchas de nuestras relaciones?
Todos somos susceptibles al sufrimiento amoroso. Ni nuestro cerebro tan poderoso, con todos sus conocimientos, lecturas y experiencias tiene sujetas por completo las riendas del corazón. Cuando nos enamoramos nos dejamos llevar e incluso elegimos no ver ni tomar en cuenta las señales no tan auspiciosas que siempre están presentes. ¿Esto hace que en ocasiones vivamos amores tan destructivos y sin sentido?
Porque así es, el amor muchas veces nos ciega y arrastra.
No nos interesa lo que digan las personas de nuestro alrededor. Vemos lo que queremos ver y nos dejamos llevar, hasta que llega un momento en que, efectivamente, el día menos pensado abrimos los ojos… Veamos ahora a qué se deben estos hechos.
Necesidad de ser reconocidos
Así sin previo aviso un día aparece alguien que reconoce nuestras palabras, que sentimos que de verdad nos entiende, que es amable y que se interesa por cada detalle, lo que hacemos, lo que decimos.
Aparentemente pasamos a ser de la noche a la mañana ese centro en la vida de otra persona que no somos nosotros, y ello, nos hace sentir bien, la sensación es casi embriagadora y hasta adictiva a todas las personas les atrae esto pero en general, las personas con baja autoestima son las que se dejan llevar sin mirar atrás ni mucho menos adelante, por las relaciones en donde todo se basa en la necesidad de ser reconocidos y validados, a veces, terminando en relaciones tan destructivas y nocivas.
Lo cierto es que todos tenemos alguna carencia, y el simple hecho de tener a alguien que en un primer momento nos llena esos vacíos y lima nuestras salientes aliviando nuestros miedos, es algo que reconforta y maravilla. Sin embargo, la mayor parte de las veces no es más que una falsa ilusión. A largo plazo, estos amores dañinos crean más espacios, más vacíos y más astillas.
Pavor a la soledad
Puede que te sorprenda y te resulte hasta exagerado, pero para una gran cantidad de personas no “conciben” eso de estar solo. simplemente no lo toleran ni consideran una posibilidad valida, estas personas ven la soledad como un fracaso vital y a su vez, una vergüenza de cara a la propia sociedad.
Y por tener esa falsa creencia de que la soledad es peor que todo, aguantarán y se tragarán todos los sapos que vengan. La relaciones, aunque sean destructivas y avasallen sus derechos como persona, son toleradas por estas personas aunque sufran y el precio a pagar por la zona de confort( estar en una relación a toda costa) es muy alto y les resulta mucho más manejable estar en una mala relación que estar solos, hasta que es muy tarde y se han dañado profundamente.
Antiguos estereotipos
Este punto tal vez pueda sorprender a alguno, pero incluso hoy en pleno siglo 21 aún hay quien cree y vive según esas discutibles ideas de que: “en el amor, si no se sufre no se ama de verdad”, “el amor es ceder para hacer feliz a la otra persona”, “en esta vida es más fuerte el que más aguanta, el que más sufre…”
Ya es hora de desterrar la mayoría de esas ideas mal entendidas como amor romántico, ahí donde están implícitos esos roles tradicionales de sumisión y dominación, donde es de más valor quien más ama sufriendo, quién más celos presenta, quien mas se anula como persona, quien mas se sacrifica… Debemos tener cuidado con estos conceptos que siguen aún muy presentes en nuestra sociedad, el amor de verdad no te hace sufrir ni posterga ni te anula, al contrario te da alas y ayuda a alcanzar tu potencial.
El amor verdadero no se ofrece en pedazos, con el esto es mío esto es tuyo. NO MANIPULA, El amor real se ofrece de forma íntegra, completa, porque amar es integral , con sinceridad… y quizá sea ahí, donde aparezca el auténtico riesgo, pero este riesgo es inevitable.
En la vida nada está garantizado ni es seguro, andamos sobre un mundo que nunca deja de fluir y de cambiar. Las personas, como los sentimientos, también son cambiables. Nadie puede acertar de pleno en esto del amor, no obstante, hay algo que siempre deberemos tener claro…
No hay que tenerle miedo a la soledad, no hay que verla como una mala opción, ni como una condena. En muchas ocasiones estar solo es la mejor forma de estar en unión con nosotros mismos, de respetarnos a nosotros mismos, de conocernos y amarnos a nosotros mimos para así, poder eventualmente estar listos para dar todo nuestro amor, esa soledad, es tal vez, la catarsis de esos malos amores de los que hemos de saber liberarnos, porque a veces, es mejor estar solo que mal enamorados…