«Cada tanto, sucede algo especial. Una mirada fugaz, un roce por accidente, una sonrisa correspondida: estos momentos nos muestran un destello de algo distinto, de algo más. Pensamos en ellos y en lo que podrían significar para nosotros, el camino no tomado y la vida no vivida», dice una famosa página de citas en línea. En ella se promete total discreción. Sabes a lo que vas: encontrar personas con compromisos —casadas o con pareja— para tener encuentros casuales.
No te piden ningún tipo de red social para el registro, incluso, puedes hacerlo con un nombre e identidad ficticios. La promesa es que nadie va a enterarse de que estás saliendo con alguien más, ¿lo harías? Si la respuesta es positiva, seguro respondiste como el 93 % de las personas en un estudio elaborado por la Universidad de Colorado:
…quienes confesaron que el único impedimento que tienen para ser infieles es que su pareja se entere.
Pero no tan rápido. Antes de decirle sí a una aventura debes conocer estos datos sobre la infidelidad:
Saldrá a flote tu personalidad narcisista
El narcisismo es un factor fundamental para la propensión a la infidelidad. Estas personas necesitan de otros para reforzar la exacerbada estima que tiene de sí mismos. Incluso, puede que la otra persona ni siquiera llame su atención, sólo se trata de estar nutriéndose de manera continua de comentarios halagadores y de sentirse deseados por muchas personas. Si es el caso, se trata de un padecimiento psicológico que hay que tratar; dar paso a la infidelidad sólo empeorará las cosas.
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No podrías justificarlo con la genética
La Universidad de Binghamton realizó un estudio que dio como resultado el descubrimiento de un gen que parece ser determinante para ser o no infiel. Sin embargo, todavía no hay estudios contundentes al respecto, y aunque la herencia genética pueda bien condicionar la facilidad para actuar de esta manera, es una cuestión de decisión personal. Por eso, no podrás decir que pones los cuernos “porque así naciste”.
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Hombres y mujeres entienden cosas distintas
Para los hombres, la máxima infidelidad es la sexual, es decir, sienten que la mayor traición es cuando su pareja tiene sexo con otro. Mientras tanto, las mujeres lo ven en término de emociones. Para ellas, la peor deslealtad es que su pareja se enamore de alguien más. Además, el 88 % de los hombres consideran que besarse con alguien que no es su pareja no es un acto de infidelidad, mientras que el 93 % de las mujeres consideran que sí lo es.
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Razones para hacerlo
Para ambos sexos, la atracción por otra persona es la primera razón para ser infieles. Sin embargo, en las mujeres existen factores emocionales que determinan si se llega o no al hecho, tales como la necesidad de sentirse deseadas, la venganza de una infidelidad por parte de su pareja o por sentimientos profundos de soledad. En cambio, en los hombres puede ser sólo ganas de más sexo.
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Lugares
Casi el 70 % de las infidelidades se dan en el trabajo. De acuerdo a un estudio elaborado por la Universidad de Harvard, la mayoría de las infidelidades ocurren entre semana, sobre todo los días miércoles. Este es el lugar propicio para ver a alguien sin levantar ninguna sospecha.
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Redes sociales
El 54 % de las infidelidades comienzan por redes sociales. Sin embargo, el 86 % de las parejas se dan cuentas de que el otro les es infiel por medio de aparatos electrónicos como el teléfono celular o la computadora. Debido a la explosión de adrenalina continua, muchos infieles olvidan borrar los mensajes delatores o dejan abiertas sus cuentas, por lo que descubrirlos es muy fácil.
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Podría haber otra opción
La infidelidad consentida existe y cada vez es más común. En esta práctica, ambos tienen conocimiento de sus necesidades y deseos mutuos. Debido a que saben que uno de los dos terminará haciéndolo tarde o temprano, eligen acordar una infidelidad consentida. Se ponen lineamientos y reglas para no lastimarse ni mentirse. No siempre funciona, pero por lo menos es un buen intento.
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Es inevitable
No importa cuánto te preocupes; cuántas veces revises la última conexión de tu pareja o cuánto le insistas en que si lo hiciera, te va a romper el corazón: si piensa hacerlo, lo hará. Lo mismo sucede contigo, por lo que es inútil que te predispongas y jures que nunca en tu vida lo harás. Sólo es importante que recuerdes que todas las decisiones que tomes tienen consecuencias. Medítalas y decide si vale o no la pena.