San Salvador – Nayib Bukele, el presidente electo de El Salvador, alcanzó su objetivo de gobernar el país con la derechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) después de dedicar seis años de su vida a la política local como alcalde de la mano del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Bukele, con una acentuada ambición política, fue expulsado del FMLN, pero su insistencia le permitió hacerse un hueco en GANA, partido completamente opuesto al que lo llevó a ser alcalde, primero de Nuevo Cuscatlán (2012-2015) y posteriormente de San Salvador (2015-2018).
Sus discrepancias con la cúpula izquierdista
Las discrepancias de Bukele con la cúpula de la formación de la exguerrilla terminaron con su expulsión en 2017, año en el fundó Nuevas Ideas, movimiento que intentó legalizar como partido político, pero no cumplía las exigencias de la Ley Electoral.
Tras ese intento frustrado, buscó un hueco en el Centro Democrático (CD) para presentarse bajo su bandera a las elecciones presidenciales, pero el partido fue cancelado tras no alcanzar al menos 50.000 votos válidos en las legislativas de 2018.
Presidente Jimmy Morales felicita a Nayib Bukele por su triunfo en las elecciones presidenciales de El Salvador. #EUElecciones2019 pic.twitter.com/utDZG6vbPz
— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) February 4, 2019
Mejor con la derecha
En el último minuto, el ahora presidente electo optó por la única posibilidad que le quedaba: tratar de buscar la presidencia de la mano de GANA, cuya cúpula le tendió el puente para llegar a la otra orilla, la Casa Presidencial, el próximo 1 de junio, cuando será nombrado oficialmente presidente del Gobierno salvadoreño.
Bukele, quien en 2016 aseguró que no buscaría la Presidencia del país con los partidos de derecha, dejó de lado su ideología política, según él de izquierda, para competir en las elecciones cobijado por un partido que fue fundado en 2010 como resultado de un división al interior de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
Con información de Sara Acosta y Sabela Bello / Agencia EFE