A fin de salvaguardar la integridad de sus usuarios, Instagram anunció su nueva política en imágenes sobre el suicidio y autolesiones.
Tras exhaustivas reuniones y consultas con expertos mundiales y académicos en juventud, salud mental y prevención del suicidio, la red social suprimirá contenidos sensibles en su pestaña de exploración.
Imágenes de cicatrices -aun estén curadas- o que apelen a atentar contra la vida propia también desaparecerán de la búsqueda de hashtags y en la sección de recomendaciones.
“No estamos eliminando este tipo de contenido de Instagram, ya que no queremos estigmatizar o aislar a las personas que puedan estar en peligro y publiquen contenido relacionado con daños personales como un grito de ayuda“, aclaró la aplicación en un comunicado.
Dado que buscan ayudar a las personas “en momentos de necesidad”, la red social continuará consultando a expertos y buscando alternativas al contenido, como añadir difuminaciones a las imágenes sensibles, tal y como lo hace Facebook.
La nueva política surge tras el suicidio de Molly Russell en 2017, una adolescente de 14 años. Dado su interés en imágenes desoladoras y de autolesiones en Instagram, sus padres indicaron que el fácil acceso a dichas publicaciones fueron un factor que influyó en su decisión.