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Juegos que las nuevas generaciones ya no conocieron

Al igual que en todos lados, en el colegio no podían faltar las modas, algunas muy efímeras y que apenas se notaban y otras tan duraderas que desde que llegaron han ido pasando de generación en generación y todavía hoy pueden verse.

En Guatemala cuando algo está muy de moda le llamamos “fiebre”, por el gran interés que despierta en todas las personas y porque en todos lados solo se escucha hablar de ello. Por ejemplo, la fiebre del Nokia, la fiebre del nuevo milenio, y la fiebre del monopatín.

En este post haremos un repaso de los juegos y distracciones con los que nos “enfiebramos” durante nuestra etapa escolar, así que prepárate para recordar los mejores momentos de tu adolescencia.

Fiebre de los tazos
¿Quién no coleccionó tazos en el colegio? Esta es una fiebre que se puso de moda en los 90 gracias a las empresas de chucherías como Doritos y Cheetos. Los tazos eran piezas de plástico redondas y planas ilustradas con personajes de los dibujos animados del momento.

En los recreos, no podía faltar el grupo de “chatios” que jugaban tazos y apostaban sus fichas más preciadas. El juego consistía en colocar un tazo sobre otro e intentar voltear uno de estos con otro que era lanzado con fuerza desde arriba. Existían los tazos, los super tazos, los mega tazos, los master tazos, y unos cuantos más.

Perinolas y trompos
Las perinolas y los trompos forman parte de los juguetes tradicionales chapines que han pasado de generación en generación, por lo que en el colegio no podía faltar jugar con estos grandes inventos.


El trompo, consiste en un juguete de plástico o madera con forma de cono que se enrolla en una cuerda, y que al lanzarse con fuerza y destreza debe girar sobre su punta de hierro en el suelo.

Los más expertos hacían batallas de trompos y las apuestas podían ser desde el desayuno en el recreo, hasta una chicha al salir de clases.

Calcomanías de los álbumes
Acaba de pasar el mundial y las barajitas, cromos o estampitas Panini son un clásico de cuando uno eras pequeñin, e incluso para algunos adultos. Todos los años salían álbumes de diferentes temáticas: eventos deportivos como el Mundial de Fútbol y la Copa América; series de televisión, dibujos animados y más. El objetivo era conseguir todas las estampitas.


Los paquetes de estampitas se vendían en kioscos, supermercados y hasta en la caseta del colegio. Lo más divertido era intercambiar las repetidas y si por mucho que intentaras no lograbas completar el álbum tenías que recurrir a una última instancia: comprarlas en el Portal del Comercio.

Futbolito y béisbol con pelotas de papel aluminio

No importa si estudiaste en un público o privado, porque cuando éramos jóvenes no había nada más ingenioso que usar el papel aluminio con el que tu mamá te había envuelto los sandwiches del desayuno para hacer una pelota y jugar fútbol o béisbol.

Y es que a decir verdad, para pasárnoslo en grande y montar una buena diversión solo hacía falta el papel aluminio y dos mochilas que hicieran de portería en el caso del fútbol, o un palo de escoba que hiciera de bate en el caso del béisbol. Cuando no había papel aluminio también se podía recurrir a los cartones de los jugos de la refa; al final de todo, cuando se trataba de divertirse, todo objeto que pudiera jugar el papel de pelota era válido.

Los preguntones
Y mientras los varones hacían pelotas de papel aluminio en bachillerato, las chicas llenaban las libretas con los secretos más íntimos de la época escolar. Que si Juan le brindó el desayuno a Laura, que si Jesús le robó un beso a Patricia, que si a María le gusta el novio de Andrea, ¡una verdadera novela!
Aquí entra el pregunton, un cuaderno en el que cada hoja servía para colocar una pregunta y en cada línea los jugadores (identificados por un número) debían contestar.


Las preguntas podían variar desde las más inocentes como “¿Cuál es tu novela favorita?” Hasta las más pasaditas de tono como “¿Cuándo fue tu primer beso y con quién?” Eso sí, ¡estaba prohibido mentir!
Lo mejor de estas fiebres durante la etapa escolar es que se gozaba barato, con juguetes caseros o inventados al momento, y no hacía falta contar con la mejor tecnología ni los lujos de hoy para pasarla en grande y ser felices.

¿Recuerdas alguna otra fiebre que hayas tenido en el colegio? ¡Deja tu comentario!

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