El jefe mafioso Francesco “Frank“ Cali, líder de la familia Gambino, fue asesinado a tiros este miércoles por la noche en frente de su casa en Nueva York, según informó la Policía.
Cali, de 53 años, recibió seis disparos en el pecho sobre las 21.20 hora local (01.20 del jueves GMT) y según algunas informaciones también fue atropellado por la camioneta que conducían sus presuntos asesinos.
Fue ataque se registró frente a su vivienda
El jefe mafioso fue trasladado al Hospital Universitario Staten Island, donde le declararon muerto.
El suceso ocurrió frente a la vivienda de Cali en el barrio Todt Hill de Staten Island, conocido por la influencia de mafiosos.
El primero asesinato en décadas de un jefe mafioso en Nueva York
La familia Gambino, una de las cinco que integran la mafia siciliana en Nueva York, llegó a ser considerada la mayor organización criminal de Estados Unidos dedicada a todo tipo de actividades delictivas hasta su caída en desgracia en los años 1990 por los golpes de las autoridades.
El asesinato de Cali es el primero en décadas de un jefe mafioso en Nueva York y el de mayor perfil en la familia Gambino desde que en 1985 John Gotti ordenase matar al entonces líder Paul Castellano para tomar el poder de la organización.
Desde joven Cali estuvo involucrado en la mafia neoyorquina
Gotti fue detenido a finales de 1990 gracias a la colaboración de su segundo al mando, Salvatore Gravano, con el FBI, una relación que provocaría la caída de varios jefes mafiosos y que la familia Gambino perdiese gran parte de su poder. Gotti murió en la cárcel en 2002.
De padres sicilianos de Palermo, Cali nació en Nueva York en 1965 y desde joven estuvo involucrado en la mafia neoyorquina.
Cali era considerado miembro de la Cosa Nostra
Entre 2008 y 2009 cumplió 10 meses de cárcel por un delito de extorsión. Cali tomó el control de la organización en 2015.
Las autoridades estadounidenses e italianas le consideraban miembro de la Cosa Nostra y como un embajador en Nueva York de familias mafiosas de Sicilia.
Con información de EFE
Edición: Sergio Méndez