Es común que durante el proceso de la búsqueda de un embarazo comencemos a tener conflictos con nuestra sexualidad. Mucho de ello tiene que ver con un concepto erróneo que prima por sobre todo, en el que consideramos que tener actividad sexual y tener relaciones sexuales es lo mismo.
En diálogo con VIX, la médica sexóloga y ginecóloga Beatriz Literat explicó qué implica un concepto y otro y en qué consta el método que considera el gran aliado para la búsqueda del hijo: la «sexualidad inteligente».
Actividad sexual vs. relaciones sexuales
«La actividad sexual puede ser manos entrelazadas, intercambio de miradas, un abrazo, o conversaciones amorosas sin contacto físico que promuevan sensaciones de apego o eróticas, aún sin llegar al coito», explicó Literat y agregó que, en cambio, «las relaciones sexuales son aquellas que involucran los órganos genitales y la penetración»
Según la especialista, muchas personas creen (erróneamente) que la actividad sexual no significa «tener sexo de verdad» y se privan de su beneficio emocional y físico. La actividad sexual implica poner en circulación hormonas de la glándula hipófisis, tiroides, suprarrenales, ovarios y testículos, con beneficios inmunológicos que contribuyen a mejorar la capacidad fértil de la mujer y del varón.
Sexualidad inteligente
«En el psiquismo de las personas existen mensajes inconscientes respecto de la sexualidad, que se instalaron por haber sufrido experiencias desagradables, traumáticas o confusas, que conforman verdaderos tabúes sexuales y que pueden llegar a controlar los comportamientos», expresó la sexóloga.
En esta línea, Literat explicó que las personas no logran entender qué les sucede emocionalmente y tampoco se atreven a decirlo. «Casi siempre lo que no se habla se manifiesta en forma psicosomática», expresó la doctora y contó que una de las manifestaciones más frecuentes es el vaginismo, que se trata de una contracción «involuntaria» de los músculos perivaginales que impide la penetración y también la realización de exámenes ginecológicos y ecografías transvaginales, entre otros.
«En frecuentes casos las parejas mantienen actividad sexual durante años sin perfeccionar el coito y como consecuencia el embarazo no se produce. Este trastorno, como la mayoría de las alteraciones en la sexualidad, se soluciona en muy pocas consultas», sintetizó Literat.
¿Cómo nos afectará tener una sexualidad inteligente?
Según la especialista, la sexualidad inteligente ayudará no solo a los futuros padres sino también al equipo médico de fertilidad, ya que aunque se estén realizando procedimientos de diferentes tipos para lograr el embarazo, la natural respuesta sexual humana desencadena procesos químicos en todo el sistema que favorecen tanto al varón como a la mujer en su capacidad de fecundar y concebir, colaborando con los procedimientos.
«Una de las principales dificultades que presentan las personas en el logro de prevenir o dar solución a sus problemas sexuales, es que les da mucha vergüenza y a veces sienten desconfianza en concurrir a la consulta sexológica», contó Literat y explicó que el 100% de los pacientes que finalmente concurren, terminan la primera consulta diciendo: ‘¿Por que no vine antes?’, ‘¿Por qué perdí tanto tiempo?’».