La NASA ha dado otro paso para hacer que la vida interplanetaria sea una realidad, nombrando a los tres primeros finalistas para su Desafío de Hábitat Impreso en 3D el pasado jueves.
El desafío, que comenzó en 2015, ha visto a equipos compitiendo para diseñar refugios adecuados para la Luna, Marte y, de manera optimista, más allá.
Para el cuarto nivel de la tercera fase de la competencia, se pidió a 11 equipos que crearan representaciones a gran escala de sus diseños utilizando un software de modelado y videos cortos que explicaran sus opciones. Cada modelo fue evaluado por su diseño arquitectónico y estética, así como la factibilidad de su construcción y escala, entre otros rasgos. Las etapas previas se centraron en las representaciones arquitectónicas y las tecnologías necesarias para construir cada componente del diseño.
Team SEArch + / Apis Cor, con sede en Nueva York, ganó el primer lugar con su estructura retorcida única, que se muestra llena de pequeños agujeros para dejar pasar la luz natural.
El subcampeón Team Zoperhous sugirió que sus estructuras modulares podrían ser impresas por un móvil autónomo; y Mars Incubator, un grupo de ingenieros y artistas, mostró un diseño modular que consta de cuatro espacios distintos, incluido uno para plantas en crecimiento. Los tres equipos dividen un premio de $ 100,000 entre ellos. En la próxima ronda, programada para principios de mayo, los finalistas imprimirán en 3D modelos a escala de sus diseños mientras compiten por un premio de $ 800,000.
La competencia es solo el último desarrollo en la misión de la NASA de enviar a los humanos a la Luna y, finalmente, a Marte. En noviembre pasado, la agencia anunció que nueve empresas de EE. UU. eran elegibles para ofertar por $ 2.6 mil millones en contratos en los próximos 10 años para prestar servicios a la luna, y en 2017, el presidente Donald Trump firmó la Política de la Política del Espacio 1 para “reenfocar el programa espacial de Estados Unidos en Exploración y descubrimiento humano”.
“(Directiva de política espacial 1) marca un primer paso para que los astronautas estadounidenses vuelvan a la Luna por primera vez desde 1972, para su exploración y uso a largo plazo”, dijo. “Esta vez, no solo plantaremos nuestra bandera y dejaremos nuestras huellas, sino que estableceremos una base para una eventual misión a Marte, y quizás algún día, a muchos mundos más allá”.