En un gesto de humildad que conmovió a los asistentes, el papa Francisco se arrodilló y besó el jueves los pies de los líderes enfrentados en Sudán del Sur con el fin de alentar el proceso de paz en el país africano.
Tras dos días de un inédito retiro espiritual en el Vaticano, el pontífice instó al presidente sursudanés, Salva Kiir Mayardit, y al opositor Riek Macharel, a proceder con el acuerdo de paz que firmaron el año pasado, pese a las crecientes diferencias. Palabras que selló con un rezo conjunto y un beso de rodillas.
“Expreso mi sincera esperanza de que finalmente cesen las hostilidades, que se respete el armisticio, que se superen las divisiones políticas y étnicas, y que haya una paz duradera para el bien común de todos aquellos ciudadanos que sueñan con comenzar a construir la nación”, dijo Francisco en este retiro de carácter diplomático y ecuménico.
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“La mirada de Dios se dirige especialmente a vosotros, es una mirada que ofrece paz. Pero hay otra mirada dirigida a vosotros: la de vuestro pueblo, y expresa su ardiente deseo de justicia, reconciliación y paz”, continuó el Papa.
La vicepresidenta de Sudán del Sur, Rebecca Nyandeng Garang, señaló que las acciones del pontífice la conmovieron profundamente. “Nunca había visto algo así. Las lágrimas brotaban de mis ojos”, expresó.
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— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) 2 de abril de 2019
Sudán del Sur, de mayoría de población cristiana, obtuvo su independencia al separarse del Norte árabe y musulmán en 2011, pero a finales de 2013 se sumió en un conflicto civil provocado por la rivalidad entre el presidente Kiir y su entonces vicepresidente Machar. El sangriento conflicto se cobró la vida de al menos 400.000 personas.
Con información de AFP.