Los investigadores buscaban este miércoles las posibles conexiones dentro y fuera de España de la célula yihadista que mató a 15 personas en los atentados de Barcelona y Cambrils, pero que había planeado hacer mucho más daño utilizando gran cantidad de explosivos.
La policía regional catalana, los Mossos d’Esquadra, realizó nuevos registros tras la comparecencia el martes ante un juez de Madrid de los cuatro sospechosos que siguen con vida. Otros ocho murieron abatidos por la policía o en un estallido accidental cuando preparaban explosivos.
Ahora se buscan “posibles colaboradores que pudieran estar relacionados” con los atacantes, explicó a la AFP una fuente de la Policía Nacional, que coopera con los Mossos.
La célula planeaba atacar grandes monumentos con explosivos, según explicó al juez uno los jóvenes yihadistas inspirados por el marroquí Abdelbaki es Satty, de 44 años, imán del apacible pueblo de Ripoll al pie de los Pirineos.
Sin embargo tras la detonación cuando preparaban el explosivo -que mató a Satty y otro integrante de la célula- decidieron cometer atropellos masivos en las Ramblas de Barcelona y en la turística Cambrils, matando a 15 personas e hiriendo a más de cien.
Estos ataques fueron reivindicados después por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
– Expulsión anulada –
El miércoles, la justicia confirmó que Satty estuvo a punto de ser expulsado de España tras cumplir una condena de cárcel por un tráfico de drogas cometido en 2010.
Pero un magistrado anuló la orden en 2015 por considerar que el hombre había demostrado “evidente arraigo laboral y esfuerzos para integrarse” al presentar un contrato de trabajo vigente y cotizaciones sociales durante más de seis años y medio.
“El juez aplicó la nueva doctrina jurisprudencial nacional y europea” por la cual para expulsar a un extranjero es necesario “que exista una ‘amenaza real y suficientemente grave para el orden público o la seguridad pública'”, explicó un comunicado corroborando una información del diario El Mundo.
Satty “no tenía ninguna otra condena” y “en el expediente judicial no consta ninguna información relativa a sus vínculos con el terrorismo islámico”, subrayó.
Entre los escombros de la casa donde murió el imán se encontraron unas 120 bombonas de gas, gran cantidad de clavos destinados a servir de metralla, detonadores y al menos 500 litros de acetona, agua oxigenada y bicarbonato.
Estos últimos son los ingredientes del triperóxido de triacetona (TATP), un poderoso explosivo conocido popularmente como “la madre de Satán” utilizado por el EI en anteriores atentados.
– Conexiones internacionales –
Las pesquisas también miran fuera de España: a Marruecos, de donde eran originarios la mayoría de sospechosos y a Francia y Bélgica, “sitios a los que supuestamente han viajado antes de perpetrar los atentados”, según la fuente policial.
El ministro español del Interior, Juan Ignacio Zoido, se reunió este miércoles en París con su homólogo francés, Gérard Collomb.
El Audi A3 utilizado en el ataque de Cambrils, turística localidad costera unos 120 km al sur de Barcelona, había sido fotografiado por un radar cerca de París el 12 de agosto.
“Estamos intentando determinar por qué los autores vinieron a París y lo que hicieron”, explicó Collomb tras el encuentro.
“¿Vinieron para explorar lugares? ¿Para recuperar algo? ¿O para encontrarse con alguien?”, dijo el fiscal de París, François Molins, hablando de un viaje de dos días durante el cual los sospechosos, “dos o tres”, pasaron una noche en un hotel al sur de la capital francesa y “fueron a algunos lugares”.
Por su parte, las autoridades marroquíes, contactadas por la AFP, no reaccionaron a informaciones de la prensa española sobre varias detenciones en ese país en relación con los atentados.
En Bélgica, el alcalde de Vilvoorde, Hans Bonte, aseguró que Satty intentó en 2016 ser imán en esa localidad cercana a Bruselas, por lo que las autoridades belgas preguntaron a las españolas si tenía vínculos con el yihadismo.
– Más seguridad –
En este contexto, las autoridades catalanas decidieron incrementar la presencia policial en calles, aeropuertos, estaciones ferroviarias, grandes eventos deportivos o culturales y en lugares de gran afluencia turística, entre ellos el templo de la Sagrada Familia de Barcelona.
Aunque ninguna información oficial señaló de momento que los yihadistas tuviesen entre sus objetivos el templo del arquitecto modernista Antoni Gaudí, la inquietud es grande debido al gran número de personas que lo visitan a diario.
“Tendremos algunos encuentros específicos con la fundación de la Sagrada Familia, que lo ha pedido”, afirmó el responsable de Interior del gobierno regional catalán, Joaquim Forn, tras una reunión sobre seguridad con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el delegado del gobierno español en Cataluña, Enric Millo.