El embajador de Rusia en Sudán, Mirgayas Shirinsky, quien fue hallado muerto la noche del miércoles en la piscina de su residencia en Jartum, falleció de un ataque cardíaco, informó este jueves el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores.
Shirinsky, nacido en 1954 y representante en Sudán desde 2013, es el cuarto embajador ruso que murió durante el ejercicio de sus funciones en un año.
Los anteriores fueron el embajador en Turquía Andrei Karlov (62 años), asesinado en Ankara en diciembre de 2016; el embajador en India Alexandre Kadakin (67 años) tras una enfermedad, en enero; y el representante ante la ONU Vitali Churkin (64 años), en febrero, tras una indisposición.
“Fue hallado en su residencia con síntomas de ataque cardíaco”, declaró en rueda de prensa la portavoz del Ministerio ruso de Relaciones Exteriores, Maria Zakharova.
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Los miembros de la embajada rusa llamaron a un médico, “pero salvar a Shirinsky fue imposible”, añadió.
Las autoridades sudanesas habían indicado a la AFP ya el miércoles por la noche que descartaban la pista criminal, al considerar que, “según las investigaciones preliminares, falleció de muerte natural”.
Mirgayas Shirinsky era “un gran profesional” que “dedicó su vida a la diplomacia”, precisó la portavoz.
Mirgayas Shirinsky era embajador en Sudán desde diciembre de 2013, destino al que llegó tras haber trabajado en Ruanda.