Un juzgado del condado de Jackson en el estado de Oregon, Estados Unidos, ha sentenciado a una pareja a cortar las cuerdas vocales de sus perros debido a que sus “ladridos incesantes” molestaban a los vecinos, quienes demandaron a los dueños de los animales.
Según publican varios medios locales, el conflicto se remonta al 2002, cuando Karen Szewc y John Updegraff decidieron criar mastines tibetanos para que estos animales protegieran a sus rebaños de ovejas.
Los vecinos aseguraron en el juicio que los ladridos de los perros les mantenían despiertos toda la noche y que sobretodo “ladraban incontrolablemente durante largos períodos de tiempo mientras los dueños estaban lejos de la residencia”.
El juez ha querido resolver la situación obligando a la laceración quirúrgica de las cuerdas vocales de los animales; sin embargo, esta decisión ha provocado la indignación de los propietarios y de las organizaciones animalistas, quienes aseguran que “no es humano” exponerlos a ese dolor.