Las infecciones de hongos que afectan cada vez más a los animales pueden tener consecuencias graves en la vida salvaje en un contexto más caluroso a consecuencia del cambio climático, publica hoy un estudio.
Científicos de la australiana Universidad James Cook analizaron a un grupo de ranas infectadas con un hongo microscópico que afecta a su piel y descubrieron que esta afección reduce en los batracios la tolerancia al calor hasta en unos 4 grados centígrados.
“También descubrimos que otros grupos de animales se volvieron más sensibles al calor cuando fueron infectados por parásitos y patógenos. Esto sugiere que este fenómeno se puede extender”, dijo Sacha Greenspan, autora principal de este estudio publicado en la revista Scientific Reports.
Muchos animales, entre ellos las ranas, dependen de fuentes externas para aumentar la temperatura corporal y por ello se exponen a la luz solar, una actividad que le ayuda a eliminar los parásitos que portan o mejorar su sistema inmune.
Los científicos temen que el aumento de la sensibilidad al calor debido a las infecciones pueda desalentar estas conductas protectoras, dándole ventaja a los parásitos.
Por su lado, Brett Scheffers, experto de la Universidad de La Florida y coautor del estudio, destacó la importancia del entendimiento de cómo este fenómeno impactará en la vida salvaje en un contexto de cambio climático.
“Considerando que el clima va a ser más caluroso y más extremo, el cambio climático y las nuevas enfermedades pueden trabajar conjuntamente en favor de la extinción de las especies”, señaló Scheffers en el comunicado de la Universidad James Cook.
Con información de EFE