Si existe una palabra para resumir el estilo musical de Beck, es eclecticismo.
A lo largo de dos décadas se ha convertido en un ícono del rock alternativo yendo de un género a otro, pasando del hip-hop a las canciones mariachi que escuchaba en las calles de Los Angeles.
Hasta ahora su fibra subyacente era la ironía. Más allá de dos álbumes que supusieron un alto en sus sombrías autoreflexiones, Beck ha desconcertado a generaciones de oyentes con fantásticos juegos de palabras y la creación de un universo lírico particular.
Pronto vendrá “Colors”
En su décimo trabajo, “Colors,” que se lanza el viernes 13 de octubre, Beck cambia de registro otra vez, pero en esta ocasión se encuentra más cerca que nunca de un álbum pop directo.
“Colors” es la continuación del álbum “Morning Phase”, uno de los dos giros melancólicos de su carrera. El disco ganó el Grammy al Álbum del Año, sorprendiendo al propio Beck y a la industria musical.
Pero mientras “Morning Phase” era minimalista y solitario, “Colors” hace honor a su nombre y es intenso. En él, Beck, de 47 años, se siente liberado.
“¡Soy tan libre!”, grita el artista en una canción del mismo nombre aludiendo a un tema recurrente en todo el álbum. El tema, destinado a convertirse en una canción popular, comienza con unos compases de música pop seguidos por un coro que explota con guitarras del estilo de Nirvana.