Para el antropólogo Jason De León, una de las principales armas que utiliza el Gobierno de Estados Unidos para detener el flujo de la inmigración indocumentada es el desierto en la franja fronteriza, peaje mortal para muchos que se aventuran a cruzarlo en pos del “sueño americano”.
“El medio ambiente destruye a las personas, sus cuerpos son la evidencia física de que Estados Unidos usan el desierto para parar el flujo de los migrantes, matan gente usando el desierto, es un plan estratégico del Gobierno”, dijo De León, quien es profesor de la Universidad de Michigan.
El antropólogo, creador del proyecto Undocumented Migration Project (Proyecto de Migración Indocumentada), afirma que a través de esa iniciativa buscan “mostrar lo que realmente está pasando” en el desierto y documentar el fenómeno de la inmigración.
Nacido en California y de ascendencia hispana, De León es desde 2009 un estudioso de la inmigración latinoamericana a EEUU y durante sus continuos viajes al desierto y áreas fronterizas ha recolectado más de 9.000 artículos que han sido abandonados por los inmigrantes en sus travesías en pos del llamado “sueño americano”.
“Estos artefactos representan una gran pieza de la historia de la migración en Estado Unidos”, explicó el antropólogo, quien acaba de recibir una de las prestigiosas becas que concede la Fundación MacArthur y que le supone 625.000 dólares para continuar su investigación.
Objetos dejados por los migrantes en su paso por el desierto
La lista de objetos recolectados en lugares como el desierto de Sonora, al sur de Arizona, ciudades fronterizas del norte de México y la frontera sur de México con Guatemala incluye artículos como biblias, fotos familiares, zapatos de niños, ropa sucia, resto de comida o botellas de agua, los que documenta y analiza con enfoques etnográficos, arqueológicos y forenses.
“En el (año) 2012 encontré restos humanos en el desierto, era el cuerpo de una mujer de 31 años, había muerto hace tres o cuatro días, el cuerpo ya estaba muy descompuesto, eran huesos”, recordó el investigador, que en sus trabajos de campo documenta con fotografías lo que encuentra, incluidos restos humanos.
“Es increíble lo rápido que se descomponen. En menos de 36 horas llegan buitres y comen toda la carne, destruyen el cuerpo, acaban con todo, la cosa más terrible es que desaparecen hasta los huesos, no queda registro de la persona que tenía un nombre y familia”, detalló.
De León aseguró que el desierto es la principal herramienta de Estados Unidos para detener el flujo migratorio y lamentó que no se haga hincapié en el costo humano de la inmigración.
Costo humano
“Donald Tump y otros políticos hablan de la seguridad en la frontera, pero no quieren hablar del costo humano, de los que mueren en el desierto, son personas que vienen porque están jodidos en México y Centroamérica y solo tratan de sobrevivir”, aseveró.
“Esas personas son las que hacen los trabajos que los americanos no quieren hacer. Poner un muro es la idea más estúpida”, añadió, en alusión al plan de la actual Administración de la Casa Blanca de reforzar la frontera a través de un mayor número de efectivos y de un muro.
Respecto al dinero de la beca, mencionó que lo utilizará para aumentar aspectos de su investigación y durante un período de cinco años.
“Seguiremos visitando el desierto para buscar cuerpos, tratando de refinar los métodos que utilizamos para identificar cadáveres, ahora podremos hacer mucho más que antes”, aseguró.
Resaltó que tanto la antropología como el fenómeno de la migración son una de las mejores maneras de “entendernos como humanos”.