Los ochenta a menudo se conoce como la década que olvidó el estilo, y una mirada a estas fotos seguramente le hará concurrir.
Aunque es posible que hayan lamentado el extraño traje de concha y se sonrojaron ante la idea de calentadores de piernas, es probable que los sujetos de estos retratos se queden aún más enrojecidos por sus peinados.
Desde muletas cómicas y flecos desfavorables hasta el cabello esponjado, tan grandes que apenas cabían el marco de la foto.