Enrique Sánchez Carrera, alias el “Z-55” o “el Cacarizo”, falleció tras un operativo de las autoridades en Cañada Morelos, una localidad en donde las bandas también se disputan la operación ilegal de tráfico de combustible, informó Víctor Carrancá, fiscal general de Puebla.
Durante los últimos meses, vagones de las empresas Ferrosur, Ferromex y KCSM fueron saqueados por decenas de personas que colocaban obstáculos en la vía para obligar el alto de la máquina y apoderarse de la carga, principalmente granos, bebidas alcohólicas, papel industrial, electrodomésticos, autopartes, entre otros.
“(Sánchez Carrera) sostenía que el robo a los ferrocarriles no era un delito, pues las únicas afectadas eran las corporaciones transnacionales”, dijo en un comunicado Puebla Segura, un órgano conformado por la Marina, Ejército y autoridades federales y estatales.
“Sánchez Carrera organizaba los atracos, que se habían incrementado en las últimas semanas, apoyado por grupos de personas de los municipios de Cañada Morelos, Esperanza y Tehuacán”, agregó.
El robo a trenes -según la Fiscalía de Puebla- es una actividad alterna de los ladrones de combustible, que vieron en los meses recientes reducidos sus espacios de operación para sustraer ilegalmente la gasolina de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) por la vigilancia militar.
Apenas días atrás, el secretario de Seguridad de Puebla, Jesús Morales, se había quejado que los afectados no presentaban denuncias y eso limitaba el actuar, aunque implementó guardias en distintos puntos de la vía para inhibir el delito.
El 28 de septiembre otro líder de Los Zetas fue ultimado junto con un escolta en un enfrentamiento.
Pablo Arcenio “N”, alias “el Chaparro”, quien estaba también relacionado con el robo de combustible en México, murió tras un enfrentamiento con marinos en Tecamachalco, a unos 193 kilómetros de Ciudad de México.