Un sacerdote ortodoxo que dirigía un bautizo en Rumania, se enfureció con los llantos de un bebé.
El religioso al parece tuvo un ataque de nervios y perdió el control de sí mismo, cuando bautizaba a un niño de pocos días de nacido.
En el video puede verse cómo el sacerdote, alterado por el llanto del bebé, le tapa la boca, lo que no hace irritar más al pequeño.
El bautismo ortodoxo requiere que los bebés sean sumergidos tres veces en agua bendita de la cabeza a los pies.
https://youtu.be/uB6Cgq7uH5g