Una niña que tenía dolor de garganta y oídos tuvo una abeja atrapada en la garganta durante cuatro horas.
La niña de 13 años estaba sentada junto a una piscina cuando el insecto de repente voló a su boca.
Como era de esperar, comenzó a toser al instante para tratar de escupir a la abeja.
Pero en las siguientes horas su garganta se volvió cada vez más adolorida y sintió dolor en la oreja derecha y aseguró tener dificultad para tragar.
Sus padres preocupados la llevaron a ver a un médico que descubrió que cuando la abeja voló en su boca le había picado la parte posterior de la garganta.
El doctor le examinó la garganta, la caja de la voz y las cuerdas vocales y descubrió que la picadura había atravesado un colgajo de cartílago en la parte posterior de su garganta y se había incrustado en el tejido que rodeaba el área.