¡Y vos sos intenso?
Seguro has escuchado que se refieran a alguien como “muy intenso”, y aunque se diga con connotaciones negativas, a veces ser “intenso” no es algo malo. Al contrario, es bueno siempre que lo puedas canalizar hacia lo que realmente quieres; enfocarte y ser un apasionado que busca el bienestar personal y el bien social —es decir, no dañar o herir a otros por ser demasiado apasionado. Es un hecho que no todo apasiona igual: hay cosas que hacemos por deber, otras que aunque no nos gusten sabemos que nos harán llegar a nuestros objetivos, y otras que tienen toda nuestra atención y enfoque.
Ser un intenso puede ser un hábito muy agradable, porque encuentras grandes satisfacciones, encuentras éxito, encuentras amigos y aliados en el camino que complementan esa gran pasión. De pronto te das cuenta que te levantas temprano pensando en lo que te mueve, sin reprochar que tienes que ir a trabajar en el odiado lunes. Comienzas a leer cosas que puedan enriquecer eso que te mueve tanto, te ves estudiando de nuevo aunque hayas dicho “qué bueno que por fin terminé la escuela”, empiezas a disfrutar y aprender de los tragos amargos, a echarle más ganas, a encontrar una luz que te guíe cuando tienes que rodearte de gente que no aporta a tu pasión o te quiere desviar de ella. Vas practicando todos los días esas pasiones e intentas hacerlas parte de tu rutina y tu estilo de vida sólo por una razón: porque te llenan el corazón todos los días.
Todos tenemos nuestras propias metas, objetivos, cada cabeza es un mundo; pero hay algunas cosas que te ayudarán a ser un mejor intenso, y te las compartimos a continuación.
1. Cuenta tu pasión
Si crees en una causa, no temas expresarlo. Eso te ayudará a darle forma a tus ideas, encontrar aliados y conocer la opinión de otros y, por lo tanto, tener retroalimentación de gente que no piensa igual que tú.
2. Cuídate
Cuida que tu pasión no se vuelva tu grillete. Primero está tu bienestar personal, jamás te esclavices y designa tiempos claros para ser apasionado. La clave está en hacer hábitos que promuevan tu bienestar, pero sobre todo que fomenten tu creatividad.
3. Siente
No todos piensan como tú, no todos están de acuerdo con tus motivos, con lo que mueve a tu corazón, ¡no te hagas a un lado! Siente todo lo que necesites sentir, en esta vida se vale llorar, gritar, reír, cantar, estar de malas, histérico, feliz, triste, desanimado, alegre, eufórico, melancólico. No dudes en que alguien te ayudará, todos tenemos un bonito músculo acomodado al lado izquierdo del pecho y es lo que le da vida a tus pasiones. ¡Aprende a vivir con él!
4. Aprende
Aprender es lo que te hace ser apasionado. Algunas personas sufren porque quieren, otras sufren porque no saben. Hoy eres quien eres por los golpes que te has dado, hoy te apasiona “eso” porque algo pasó en tu camino. Aprende a amar esos momentos malos y aprovecha la experiencia que tienes gracias a ellos.
5. No estás solo
Las personas a las que amas son a quienes debes recurrir, confía en ellos para que te den fortaleza, para sentirte cómodo, para expresarles con toda sinceridad tus frustraciones y también tus alegrías. Estas personas son las que son capaces de sacar lo mejor de ti.
6. Conócete
Descubre para qué eres bueno, pregunta a la gente que te rodea qué características tuyas les hacen saber que pueden confiar en ti. Eso hará que te esfuerces en lo que no sabes hacer, o bien que pidas ayuda para eso.
7. Ten en mente a los demás
Hagas lo que hagas, jamás lo hagas por dañar a alguien. La diferencia entre un apasionado y un malintencionado es que el apasionado lo hace porque ése es el ritmo en el que late su corazón buscando el bienestar propio y el de los demás; quien te hiere, quien es capaz de pisar a otros sin consideración alguna, va a pasar el resto de la vida siendo tachado por ejercer un mal liderazgo y será relacionado con palabras como envidia, apatía, intriga, deslealtad, crueldad y soberbia.