Existen estudios que han señalado que comer despacio, percibiendo cada sabor, es una estrategia eficaz a la hora de perder peso.
La investigación, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, constató que las personas obesas que recibieron entrenamiento en prácticas de mindfulness o “atención plena” perdieron al rededor de 4 libras en 15 semanas. Quienes siguieron comiendo velozmente perdieron en el mismo período 300 gramos.
Este estudio sugiere que existe una asociación entre el comer con atención plena y la pérdida de peso. Los científicos de Carolina del Norte aconsejan no comer frente al televisor ni en el escritorio durante el trabajo.
La recomendación es acorde a prácticas milenarias budistas y de otras tradiciones que sugieren comer con plena conciencia como una forma de meditación.
Por el contrario, comer rápido causa fluctuaciones en los niveles de glucosa que pueden llevar a la resistencia a la insulina, es decir, que la resistencia insulínica es una alteración de la respuesta de los tejidos a la acción de la insulina que lleva a un aumento de los niveles de glucosa en la sangre.
Engullir la comida y devorarla con rapidez aumenta cinco veces el riesgo del llamado síndrome metabólico, un término genérico que describe enfermedades como obesidad, presión alta y niveles elevados de colesterol, además es una de las causas de enfermedades cardiovasculares.
Y ello se debe a que al comer velozmente no damos a nuestro cerebro el tiempo suficiente para registrar que estamos satisfechos.
Fuente. http://www.bbc.com/mundo/noticias-41984452