Espiar el celular de su pareja es una práctica de muchas personas que buscan conocer con quién hablan y sobre qué temas, pero hacer esto no sólo es una muestra de falta de seguridad y confianza, también es una conducta que puede traer problemas en la salud.
Esta enfermedad es conocida como el Síndrome de Otelo o celotipía, que convierte los celos en una enfermedad mental.
“Los celos son un mecanismo de defensa al pensar que el ser querido nos puede dejar. En el pensamiento de una persona celosa existe ese temor permanente”, afirma Verónica Delgado Parra, psicoterapeuta de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual (Amssac).
Cuando los celos se vuelven una enfermedad mental son conocidos como celotipia o Síndrome de Otelo, los cuales se manifiestan de forma permanente a través de angustia, miedo y enojo, al pensar que una persona ajena a la relación provocará un separamiento.
“Las relaciones sexuales son afectadas por los celos porque la persona celosa no disfruta al estar con su pareja, al pensar que hay un tercero en la relación. Entonces el encuentro sexual parece más una lucha que un goce”, advierte Delgado Parra.
Una persona celosa odia, revisa las cosas personales de la pareja, espía, inventa, imagina y sufre. Delgado Parra asegura que los celos patológicos afectan distintos aspectos de la relación de pareja, principalmente la confianza y la plenitud en los encuentros sexuales.
Algunos expertos consideran que la causa que origina los celos está en el cerebro; sin embargo, otros logran asociarlo con enfermedades neurodegenerativas, como Párkinson y Alzheimer, y a factores externos, como síntomas de esquizofrenia o problemas de abuso de alcohol o drogas.
Gran parte de estos celos son infundados, puesto que la persona es susceptible a comentarios e ideas que otros pueden meter en su cabeza sobre una posible infidelidad de su pareja.
Para tratar este problema, se recomienda asistir a terapia para conocer la causa que los provoca.
Con información de El Universal