A finales del año pasado, la revista “Nature” publicó un informe acerca del más reciente hallazgo hecho en la Gran Pirámide de Guiza en Egipto.
El descubrimiento fue de una cámara de aproximadamente 30 metros de largo que hay en su interior, siendo así la primera estructura interna encontrada en dicha construcción desde la última hallada en el siglo XIX.
Desde su descubrimiento, los investigadores se preguntan cuál habrá sido su funcionamiento, mismo que sigue siendo un misterio. Aunque un investigador italiano llamado Giulio Magli, profesor de Arqueoastronomía en la Universidad Politécnica de Milán, cree que sirvió para colocar ahí “un gran trono de hierro de origen ‘extraterrestre’”, el cual habrían utilizado los faraones un poco antes de morir.
La teoría de Magli
Según el profesor Magli, dicho trono pudo haber sido utilizado como un “medio de transporte hacia el más allá”, conclusión que tomó luego de analizar algunos escritos en los llamados Textos de las Pirámides, en donde se narra que el faraón, antes de llegar a las estrellas del norte, tendría que pasar por las puertas del cielo “y sentarse en su trono de hierro”, descartando así que se trate de una cavidad utilizada para liberar peso de la construcción.
El arqueoastrónomo también indicó que dicho trono oculto podría ser muy similar al que la Universidad de Harvard reconstruyó y que pertenecía a la reina Hetepheres, madre de Kéops, solo que este estaría todo recubierto con finas láminas de un hierro muy particular. “No sería hierro fundido, sino hierro meteórico, es decir, caído del cielo en forma de meteoritos de hierro (distinguible debido al alto porcentaje de níquel) y nuevamente citado en los Textos”, explicó el profesor. Dicho material ya habría sido utilizado por los egipcios para construir la famosa daga de Tutankamón.