No queda ningún puma oriental en los estados al este del río Misisipi, de Estados Unidos. Después de no haberse visto ningún ejemplar desde hace 80 años, por lo que se ha declarado oficialmente extinto.
Aunque el gran felino estaba en la lista de especies en peligro de extinción desde 1973, hacía más décadas que no se avistaba; se cree que al último ejemplar le dispararon en Maine en 1938.
En 2011, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos, abrió una investigación para comprobar si el animal, común en el oeste, seguía vagando por las montañas del este; cuatro años más tarde concluyeron que no y hoy se les saca de la lista de especies amenazadas, porque ha dejado de existir en ese territorio.
Varias personas han asegurado haber visto pumas recientemente, pero los biólogos declararon que debía ser alguno que se escapó de un zoológico.
La caza excesiva y la invasión de su hábitat supuso su condena a principios del siglo pasado.
Esta era su función en el ecosistema
Antes era considerado como una amenaza para los humanos y el ganado, pero se comprobó que jugaba su papel en el ecosistema.
La población de ciervos aumentó, las garrapatas que albergan han proliferado y las colisiones entre ciervos y automóviles han aumentado considerablemente.
“Los pumas podrían frenar la sobrepoblación de ciervos y las enfermedades transmitidas por garrapatas que amenazan la salud humana”, apuntó Michael Robinson, defensor de la conservación del Centro para la Diversidad Biológica, en un comunicado.
Con información de National Geographic