Con un día a día afectado a menudo por las actividades delictivas y unos tiroteos que detonan el terror en ciertas zonas, los habitantes de Reynosa pelean por lograr una aparente normalidad en este municipio mexicano que busca limpiar su imagen y dar confianza a la ciudadanía.
La ciudad “está muy peligrosa, y no solo en la colonia (barrio). Han habido tiroteos y lo que tenemos que hacer es tirarnos al suelo. Salimos a trabajar, pero no sabemos si volveremos a casa”, reconoce a Efe Federico Tovar, un vendedor ambulante de 62 años.
Tovar reside en la humilde colonia Praderas de Oriente. Un tren atraviesa varias veces el día esta zona sin que ni una simple valla separe el ferrocarril de las casas.
Segundos después de apagar el micrófono, se escucha a lo lejos una ráfaga de disparos. “Son balazos, y esto significa que han matado a alguien, seguro”, añade el hombre más que asustado, resignado.