Estados Unidos buscaba la semana pasada explicaciones al tiroteo en una escuela secundaria en Florida que dejó 17 muertos, en una nueva masacre en un centro educativo que conmovió al país, mientras el presidente Donald Trump evita mencionar el polémico tema del acceso a las armas.
En un discurso a la nación, atónita luego del tiroteo número 18 en lo que va del año en una escuela, el mandatario llamó a la unidad e invocó el amor ante el odio, pero no dijo nada sobre el control de la tenencia de armas.
Trump prometió poner énfasis en la atención de la salud mental después de que un adolescente “perturbado” con una obsesión por las armas de fuego abrió fuego el miércoles contra estudiantes y adultos en un instituto en Parkland, a unos 80 km de Miami.
Nikolas Cruz, un joven de 19 años exalumno de la escuela Marjory Stoneman Douglas de Parkland, fue inculpado el jueves de 17 cargos de homicidio premeditado.