En estos días se hizo viral una fotografía que reta a los usuarios de las redes sociales a adivinar si se trata de un perro o un gato.
Esta fotografía fue modificada para confundir a la inteligencia artificial, pero se descubrió que también engañaba al cerebro humano.
Al parecer, quienes dijeron que la imagen que está del lado derecho corresponde a un perro, cayeron en la trampa.
En realidad, ambas imágenes corresponden al mismo gato, pero la de la derecha fue alterada introduciendo ruido en una determinada zona de manera que nuestro cerebro duda si clasificarlo como gato o como perro.
Cuánto más rápida es la respuesta que se nos pide, más posibilidades hay de confusión.
La imagen es uno de los ejemplos generados por un algoritmo creado por un grupo de científicos que trabajan en Google Brain.
El algoritmo es una prueba de concepto pensada precisamente para engañar a redes neurales convolucionales pensadas para el reconocimiento de imágenes.
Estas redes trabajan como un robot que se dedica a clasificar imágenes de acuerdo con su contenido y gracias a esto puede reconocer si se trata de un perro, un gato, un plátano o cualquier cosa.
Para dificultar esta tarea, los científicos de Google Brain emplearon un algoritmo que puede modificar los pixeles de la fotografía o añadir otros.
Con información de Gizmodo