Redacción. Edwin Palacios
Ni el expresidente Otto Pérez Molina ni su abogado defensor pudieron convencer al juez Miguel Ángel Gálvez de que el exmandatario padece problemas de tipo cardiaco que incluso le podrían provocar la muerte súbita estando en prisión.
Bajo esos argumentos, Pérez Molina había solicitado su libertad dentro del proceso que enfrenta por el caso conocido como La Línea, pero los argumentos y los informes de su médico y particular, así como de los forenses del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) no convencieron al juez Gálvez.
El juez tomó en consideración el informe del INACIF, en el cual se indica que Pérez Molina puede acudir a citas médicas para mantener control sobre la enfermedad que padece, por lo que no hay problema con el tratamiento ambulatorio.
El exmandatario entonces deberá seguir en prisión, a la espera del juicio oral que tendrá que enfrentar junto a la exvicepresidenta Roxana Baldetti y a otros implicados en el caso de defraudación aduanera que le llevó a presentar su renuncia al cargo.