El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ofreció un alto el fuego a la guerrilla comunista Nuevo Ejército del Pueblo (NEP) para reanudar las conversaciones de paz tras numerosos choques armados en los últimos meses.
“Ya es hora de que dejéis de hostigar, yo estoy listo”, expresó anoche Duterte durante un discurso en la provincia central de Mindoro Oriental según una transcripción facilitada hoy por su oficina.
El mandatario de 72 años invitó al NEP a “detener de inmediato” los combates con el Ejército y aseguró que “sería feliz” si próximamente no se produce “ni un disparo, ni siquiera un petardo”.
Sin embargo, exigió a la guerrilla comunista dos condiciones: que renuncie a imponer un “gobierno revolucionario” y deje de extorsionar a los empresarios, campesinos y terratenientes de las zonas rurales de Filipinas.
El Nuevo Ejército del Pueblo (NPA) tiene presencia en al menos 73 de las 81 provincias de Filipinas.
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En diciembre Duterte, declaró como organizaciones terroristas al NEP y su brazo político, el ilegal Partido Comunista, tras varios atentados con muertos civiles, entre ellos un niño de 4 años.
Desde entonces el Ejército intensificó sus ataques contra los rebeldes, por lo que ambas partes han protagonizado numerosos choques armados este año.
Con información de agencia EFE.