Un fotógrafo ha encontrado e captado a los últimos cazadores de cabezas de la tribu Konyak que se están muriendo gracias a la difusión del cristianismo.
Cortar la cabeza de un guerrero enemigo era un rito de iniciación en la tribu y les otorgaba a los miembros un prestigioso tatuaje facial.
Pero la difusión de la religión occidental en Nagaland, India, jugó un papel importante en el fin de la práctica.
Ahora, los últimos Konyaks restantes han alcanzado la vejez, ya pesar de su feroz reputación y apariencia, que incluye piercings y muchos tatuajes, son cálidos y acogedores para los visitantes.
El fotógrafo Omar Reda dijo que recibió una recepción “muy amable y hospitalaria” cuando visitó Nagaland, un estado montañoso en el noreste de la India que limita con Myanmar, en marzo.
“A pesar de su reputación feroz, la última generación de los cazadores de cabezas de Konyak es muy amable y hospitalaria”, dijo Reda.
“Son conocidos por su oscura historia que juega una parte importante de su identidad y cultura”, agregó.
Historia
Los Konyaks eran infames por saquear los pueblos de otras tribus, y luego tomaron las cabezas decapitadas de los muertos como trofeos.
También fueron conocidos por la fabricación de armas, de pólvora y de latón, así como por la elaboración de machetes y esculturas de madera.
Ellos fueron la última de las tribus Naga en aceptar el cristianismo y en la década de 1940, la espeluznante costumbre de la caza de cabezas fue prohibida, aunque el último incidente fue presuntamente en 1969.