Una mujer de 22 años murió de cáncer después de que se le pidiera abortar a su bebé para aumentar sus posibilidades de sobrevivir.
Charlotte Smith, de North Yorkshire, fue diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda cuando tenía 11 semanas de embarazo.
Pero los médicos advirtieron que dar a luz representaba un peligro para su vida y le aconsejaron que interrumpiera su embarazo.
Smith, que entonces tenía 21 años, decidió seguir adelante con el aborto y comenzó a realizar extenuantes sesiones de quimioterapia ese mismo día.
Murió ayer por la mañana, después de su incansable batalla contra la forma de cáncer que afecta a unas 800 personas cada año en el Reino Unido.
Su historia salió a la luz después de que The Daily Mirror reportó su historia en agosto, ya que pidió análisis de sangre de rutina en el NHS.