Un apicultor quedó devastado por la destrucción de decenas de colmenas en dos ataques incendiarios distintos.
Y a pesar de perder más de 1,5 millones de abejas melíferas y sufrir casi 11 mil euros de daños, Michaela Tulett dijo que la policía no ha hecho nada para ayudar a atrapar a los culpables.
Ella se describió a sí misma como “aturdida por la conmoción” después del último ataque en el que 20 colmenas fueron rociadas con gasolina y quemadas. “Son animales vivos, es repugnante y un acto de violencia sin sentido”, agregó.
Tulett, que dirige su pequeña empresa Api-Bees con la ayuda de su socio Marco Melo, está desconcertada sobre el motivo de los ataques.
La pareja sospecha que podría ser un rival celoso del crecimiento de su industria artesanal o un propietario local irritado por la afluencia de insectos.
También han especulado que podría tratarse de un grupo de alborotadores a quienes se les pidió que abandonaran el área después de estacionar cerca para beber y tomar drogas.
Las colmenas fueron atacadas en junio pasado cuando el incendiario derramó gasolina sobre ellas y las prendió fuego en la oscuridad de la noche. Alrededor de 900,000 abejas y 26 colmenas fueron destruidos.
El atacante regresó justo antes de las 10:00 pm del 17 de abril y utilizó los mismos medios para incendiar 20 de las 27 colmenas en Sellindge, Kent.