Todos sabemos que todas las tormentas son inseguras. Pero, ¿Sabía usted que puede ser peligroso ducharse o lavar los platos durante una tormenta eléctrica?
Hace tiempo que se dijo que es peligroso ducharse o lavar los platos durante una tormenta eléctrica. Tal vez, hay una lista completa de actividades que debe evitar mientras se avecina una tormenta, como mantenerse alejado de líneas eléctricas / telefónicas, no usar equipos eléctricos ni otros objetos metálicos, entre otros.
Si bien la mayoría de nosotros sabemos que puede ser peligroso salir a la calle en una tormenta eléctrica, mucha gente puede no darse cuenta del hecho de que bañarse durante una tormenta también puede ser peligroso. La verdad es que todas las tormentas son peligrosas y producen rayos.
Pero, ¿Cómo es que ese rayo en realidad te impacta mientras te duchas? La raíz de la afirmación es que cuando un rayo golpea un edificio o una casa, incluso uno que está protegido contra las inclemencias del tiempo, puede viajar a través de cables y tuberías de metal utilizadas en el sistema de plomeria, y conmocionar a cualquiera que entre en contacto con un grifo o aparato. De hecho, no son solo las tuberías de metal las que ayudan a que la corriente fluya fácilmente, sino que el agua, a menudo cargada de impurezas, también ayuda a conducir la electricidad, lo que aumenta el riesgo.
“Los relámpagos pueden golpear y la electricidad puede viajar a través de tuberías y agua, impactando”, dijo John Jensenius, especialista en seguridad de rayos para el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), según lo citó el AccuWeather. “Si estás conectado a cualquier cosa que se enchufa en la pared, lo que podría ser, por ejemplo, un lavavajillas o una lavadora conectada a la pared o que tenga conexiones a la tubería, eso se vuelve peligroso”, dijo Jensenius.
Aunque las probabilidades de que un rayo llegue hasta nosotros mientras nos duchamos o lavamos los platos son bastante remotas (1 en 775.000, según el Servicio Meteorológico de Estados Unidos), es conveniente saber que no es imposible que ocurra mientras nos duchamos.
Los factores que propician esta posibilidad son simples y claros: estás mojado y en contacto directo con un grifo o tubería, o bajo el agua que circula por ellos.